HISTORIA DEL TRONO DE LA STMA. VIRGEN DE LA SOLEDAD

Al no tener documentación alguna sobre el trono, o tronos que, a través de los siglos, se han ido utilizando para portar las imágenes de la Stma. Virgen, cuando se procesionaba, nada se puede narrar sobre ellos, aunque es casi seguro que la imagen era procesionada en unas sencillas andas al ser los medios muy escasos por aquellos años.

 

En el año 1890, el escultor cartagenero, D. Francisco Requena, por encargo de la Cofradía Marraja, construyó el Trono de la Santísima Virgen de la Soledad, en madera de pino de Canadá. Fue dorado en pan de oro y presentado en el año 1891, sobre peana rodada de cuatro lados en dos templetes de tres cuerpos, y rematando los templetes, una nube en pan de plata, de la cual a distintos relieves nacen dos cabezas de querubines, completamente policromadas.

 

El suntuoso trono lo ensalzan cuatro elegantísimos candelabros dorados, de más d etres metros de altura, adquiridos en 1882 y destinados a sustentar cien bombas - tulipas - distribuidas en una estudiada combinación del mejor gusto. Estas bombas están fabricadas expresamente en Alemania y llevan talladas en sí, armonía alternativa, los atributos de la pasión. Son de cristal opaco y en forma de tulipanes.

 

En el año 1899, la Cofradía Marraja, dada la inquietud de mejorar, si cabe, el trono de su Virgen Titular, acometen la revolucionaria reforma de iluminar la Virgen, además de con velas, con luz eléctrica. Esta proverbial mejora, causó tal admiración que, en años sucesivos, se fueron añadiendo más puntos de luz. En el año de esta espectacular reforma, el trono contaba con más de cien luces de cera y ciento ocho eléctricas, siendo uno de los tronos de más fervor de toda la Semana Santa Cartagenera.

 

Durante la Guerra Civil, el trono de la Stma. Virgen de la Soledad, no fue pasto de las llamas y en el año 1940 vuelve a ser procesionado. Esta salida supuso un gran esfuerzo por parte de los cofrades dada la penuria y la escasez existentes en la ciudad. En el año 1945, el trono fue sometido a una profunda restauración, sustituyendo los cuatro candelabros por ocho cartelas. Estas cartelas fueron construidas en el Arsenal de Cartagena y son de gran valor ya que sus brazos van torneados en bronce y sostenidos en un mismo eje central artísticamente labrado. Se tallaron cuatro ángulos en madera para colocar las cuatro cartelas inferiores. Estos ángulos fueron dorados en pan de oro y colocados en las esquinas. Con esta reforma se dió más amplitud al trono.

En el año 1982, el trono se encuentra en un estado lamentable: lleno de golpes, maderas rotas, repintado de barnices y purpurinas y, lo que es lo peor, inundado de xilófagos. Por este motivo se decide la realización de un trono nuevo, aprovechando en lo posible el primitivo templete de D. Francisco Requena del año 1891. Una vez desarmado y quitado los barnices y purpurinas, se comprobó que dicho templete no estaba tan mal como se pensaba y, ante esto, se decidió su completa restauración desinfectándolo de los xilófagos, reponiendo las tallas perdidas y, a su terminación, dorándolo en pan de oro.

 

También las cartelas fueron sometidas a una profunda restauración: fueron totalmente desmontadas, el bronce de sus brazos pulidos, los prismas limpiados y las tulipas repuestas. Así, en el año 1983, el trono de la Stma. Virgen de la Soledad aparecía con un aspecto deslumbrador, con una peana nueva completamente tallada y dorada y, sobre esta, las cartelas y el templete magistralmente reformado.

 

En el año 1987-88, la peana inferior (nueva) fue reformada y en 1989 sustituida por otra más ligera para poder llevarlo a hombros por portapasos. Esta reforma fue estudiada por distintos especialistas, cuidando siempre de no romper la fisionomía original del trono y conservar el primitivo templete de Francisco Requena que, en el año 1991 cumplió su primer centenario.

Datos extraidos del libro "CORONACIÓN - VII MAYO MCMXCV"Varios autores